Las redes sociales (facebook, twitter, instagram, youtube) ponen a miles de millones de personas en contacto, distribuyendo información, emociones, actividades e ideas.

Un efecto palpable de las redes sociales es la polarización de las ideas y las posturas de sus participantes al respecto de esas ideas. Así, temas como la política, el cambio climático, el mejor jugador del mundo, la pandemia covid-19 y, por supuesto el dióxido de cloro, terminan en acaloradas discusiones y airadas intervenciones. Ese es un fenómeno que necesita más investigación.

Una posible causa de este efecto polarizador es la re-publicación de mensajes provenientes de fuentes intermedias que a su vez provienen de re-publicaciones de opiniones que no tienen sustento sólido, o sustento basado en la ciencia.  Lo extraño es que lo mismo sucede a los que participan en un lado de la argumentación como en el otro, aún incluso cuando ninguno de ellos sea verdad.

En el caso del dióxido de cloro, la mayoría de las opiniones negativas se basan en las declaraciones de la FDA o en los estudios mencionados ahí, que se refieren a otra sustancia distinta: el clorito de sodio.  Una vez que el origen es falso, el resto de las argumentaciones, y re-publicaciones basadas en el mismo, siguen siendo falsas.

¿Son correctas las afirmaciones a favor del dióxido de cloro?

Pues… hay correctas y hay incorrectas. También existen re-publicaciones que están basadas en publicaciones intermedias que no necesariamente se apegan a la verdad.  Sin embargo, existen las pruebas que demuestran la eficacia del dióxido de cloro administrado mediante el Protocolo C y otros protocolos diseñados por Andreas Kalcker, basadas en los resultados de los estudios que este biofísico alemán ha efectuado a lo largo de 14 años de trabajo especializado en el dióxido de cloro.

Por otro lado tenemos también la avalancha de resultados positivos y experiencias médicas favorables en la práctica clínica de más de 10,000 casos contra el SAR-COV-2 realizadas por los más de 3,000 médicos de la COMUSAV, Coalición Mundial Salud y Vida (comusav.com) en más de 19 países.

Tenemos entonces como sustento de los argumentos a favor del dióxido de cloro:

• La ciencia
• La práctica médica

Cuando recibas videos o comentarios adversos al dióxido de cloro, recuerda que si lo usas siguiendo el Protocolo C de Andreas Kalcker:

• Beber CDS a 30 ppm no es tóxico
• No forma aniones al mezclarse con el agua, sino que permanece como gas disuelto sin hidrolizarse
• No causa reacciones de vómito ni diarrea
• No afecta las células de la sangre
• No causa estos efectos que corresponden a beber clorito de sodio en lugar de CDS: (a) no destruye la hemoglobina ni causa methemoglobinemia; (b) no causa daño hepático; (c) no causa daño renal; (d) no causa cambios en la actividad eléctrica del corazón; (d) no causa deshidratación ni baja en la presión sanguínea; (e) no causa daño hepático; (f) no causa daño a los riñones; (g) no destruye las células de la sangre
• No daña la membrana ni la estructura interna de las células

Revisemos esta tabla: